El retiro de un producto para venta o consumo es tal vez una de las situaciones más adversas que puede enfrentar una compañía. Ante un panorama en el que la regulación y la normatividad se han vuelto cada vez más estrictas, las consecuencias de retirar un producto no deben ser subestimadas o minimizadas: la reputación y la estabilidad de la empresa pueden estar en juego de un minuto a otro. Por ello, el manejo y control de crisis emerge no sólo como una solución ante situaciones que ya tuvieron lugar, sino además como un mecanismo de prevención ante posibles eventos venideros.
Tal manejo de situaciones de crisis, acompañado de un sólido sistema de control, auditorías y regulaciones pueden atacar este complejo problema con una inversión mínima. No obstante, existen compañías de diversos sectores que han pagado un alto precio por retirar sus productos de la venta. A continuación conoce algunos casos:
Empresa: Samsung
Año: 2016
Producto: Después de que usuarios denunciaran explosiones e incendios debidos al sobrecalentamiento de sus baterías, la empresa retiró 2.5 millones de teléfonos Galaxy Note 7.
Costo: $+5 billones de dólares
Empresa: Pfizer
Año: 2004
Producto: Bextra, un medicamento para tratar la artritis que además presentaba múltiples efectos secundarios que incluso denunció la FDA.
Costo: $3 billones de dólares
Empresa: Peanut Corporation of America
Año: 2008
Producto: más de 4,000 artículos, producidos por 200 compañías
Costo: $1 billón de dólares, la compañía entró en bancarrota.
Empresa: Tyson Foods
Año: 2019
Producto: 5,500 toneladas de tiras de pechuga de pollo preparadas, que podrían contener rastros de metal y no sean aptas para consumo.
Costo: desconocido.
La mejor forma de prevenir el retiro de un producto es garantizar la implementación de mejores prácticas de cada sector para prevenir incidentes o riesgos, entre las que destacan estas 3 medidas:
► Asegurar que los procedimientos en insumos, equipos, inmuebles, recursos materiales y capital humano sean regulados y auditados por órganos de control en la organización
► Creación de equipos de control y manejo de crisis, preferentemente managers que tengan profundo conocimiento de los productos y servicios de la empresa.
► Implementación de protocolos de seguridad e inocuidad que garanticen la calidad de los productos desde su manufactura hasta el momento de llegar al mercado objetivo.