El negocio de las aerolíneas comerciales crece exponencialmente con el paso de las décadas, y los clientes leales esperan seguir siendo recompensados bajo los famosos esquemas de viajero frecuente. La mayoría de las aerolíneas comerciales del mundo ofrecen hoy en día estos planes de lealtad, que fueron inicialmente creados por United Airlines en el año de 1972.
Pero no fue hasta principios de la década de los ochenta que American Airlines fundó un programa de lealtad que sería adaptado en la mayor parte del mundo: la famosa acumulación de millas correspondientes a la distancia de vuelos recorridos. Estos esquemas de beneficios al viajero probaron ser buenas herramientas de mercadotecnia a largo plazo, ya que mantenían a los clientes activos y captivos a ofertas, especialmente online. Al mismo tiempo, se introdujo paulatinamente un atractivo programa de “escalones”, en los que los beneficios para el pasajero -comida gourmet, ágil check-in, asientos preferentes, equipaje gratuito, salas de espera exclusivas- eran cada vez mayores conforme se realizaban más vuelos con la aerolínea, añadiendo competitividad al sistema de lealtad entre las empresas.
Con el crecimiento del negocio de la aviación comercial a nivel global, las grandes empresas de vuelos comerciales forjaron finalmente alianzas que simplificaron la mayoría de sus procesos administrativos y operacionales, al permitir a los usuarios acumular millas que operarían igualmente en diversas aerolíneas. Estos conglomerados (Star Alliance, Skyteam y Oneworld) terminaron por unificar sus programas de viajero frecuente, con la intención de regular estos sistemas de lealtad y acumulación de millas que resultaban muy funcionales para los usuarios y relativamente rentables para las empresas.
No obstante el beneficio mutuo de estos programas de lealtad, hace un par de años las tres gigantes aerolíneas en Estados Unidos introdujeron nuevos programas de viajero, que están basados en ingresos para adjudicar millas de viajero frecuente. Esto significaba que la asignación de millas o puntos se basaría casi idénticamente en el costo del boleto comprado y el estatus del pasajero, no en la cantidad de millas recorridas. Lo anterior retiraba múltiples beneficios y ventajas para el consumidor, quien no podría sacar provecho de los largos vuelos a bajos precios para acumular millas.
American Airlines, la gran fundadora del programa de millas de viajero, fue la última de las principales transportadoras en hacer la transición a esta modalidad, a través de su programa AAdvantage, en el que junto a American, Delta y United, los miembros de cada programa ganan de cinco hasta once millas por dólar gastado en un boleto.
Para muchos, el paso a estos programas renovados cierra oficialmente la era de la lealtad tradicional de las aerolíneas, ya que cede a la nueva ola de modelos centrados puramente en el gasto neto por boleto. Aquellos con bolsillos más profundos todavía pueden encontrar una manera de ganar millas como en antaño; pero las posibilidades de viajar para aquellos con un presupuesto reducido baja considerablemente a partir de la implementación de este nuevo modelo.