La marca Zara Home está envuelta en una polémica a causa del precio de uno de sus productos. Uno de los más sencillos en su catálogo.
Mediante una captura de pantalla, que luego fue replicada hasta el cansancio, un usuario de Twitter llevó la atención a la manera en que se ofrecía una esponja de baño pero, principalmente, a su costo:
“Esponja corporal de luffa”, puede leerse en la descripción del producto tomada del sitio web de Zara Home.
“Esponja corporal de luffa, se puede utilizar con o sin jabón. Humedecer y aplicar un suave masaje realizando movimientos circulares. Limpian profundamente la piel y la dejan suave y lisa”.
En el párrafo pueden verse los vaivenes entre el encanto, por las maravillosas características del producto, y el embauque, al ver el precio: 299 pesos, dado que se trata de una de estas esponjas vegetales, también conocidas como estropajos o zacates, que se venden en los mercados populares por 20 o 30 pesos.
Entre el abuso en los costos, el casi engaño por la manera de promocionarla, y la apropiación de elementos populares, este ejemplo permite ver el cuidado que se debe tener al intentar “replantear” la manera de comercializar ciertos productos.
La elocuencia del vendedor genera una empatía tal que, casi sin que su interlocutor se dé cuenta, le empieza a generar la necesidad de comprarle lo que vende. Aunque el producto o servicio no sea esencial y sea, quizá, un mero gusto que podría satisfacerse en otro momento.
Una manera de lograr lo anterior es hacer que eso que se ofrece tenga, además, cierta aura de distinción, de unicidad. Una característica que se trasladará al dueño una vez que lo adquiera. Es justamente a este tono aspiracional al que apunta todo el mercado del lujo. Marcas que ofrecen productos o servicios que podrían encontrarse por una fracción del costo pero que, por tener el respaldo de un nombre en particular, se revisten de una aura especial.
Lo anterior funciona muy bien, no en vano México se mantiene como el mercado de productos de lujo más grande en América Latina. Tan solo en 2017 se alcanzaron ventas por 7 mil millones de dólares, además, se espera que para 2022 ese monto llegue casi a los 10 mil millones de dólares.
Sin embargo, ese rasgo aspiracional o de ser un producto único, distinto y que otorga distinción a quien lo posee, no es algo que sea bien visto o recibido para cualquier elemento, y menos cuando se trata de uno cotidiano.