El fin de la magia del cine
La industria de la exhibición cinematográfica en el país está enfrentando una de sus crisis más agudas en mucho tiempo
Ignacio Torres |
El fin de la magia del cine

Esta semana fue lanzado el trailer de Cruella, la película con la que Disney revisita a una de las más icónicas villanas de la ficción: Cruella de Vil. Pero no solo fue noticia el hecho por sí mismo sino que en el cartel que promociona el filme solo decía: “Próximamente” y no: “Próximamente en cines”, como se habría anunciado hace meses.

La crisis de las cadenas de cines en el país es real. Ya Cinemex anunció el cierre de sus complejos de exhibición de manera indefinida. Serán 145 los espacios que dejarán de funcionar con el objetivo de aminorar la carga económica de la empresa, lo que pegará también en el bolsillo de sus colaboradores.

Esta situación, derivada de la pandemia por COVID-19, es grandilocuente:   

De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), la asistencia promedio de los mexicanos a los cines durante 2020 fue de 0.5 veces, contra 2.64 veces durante el año anterior. Esto representó una pérdida de 14 mil 602 millones de pesos en ingresos de taquilla. Traduciendo, la venta de boletos cayó en 80%.

Por supuesto, una situación como la actual era difícil imaginar fuera de un filme apocalíptico. Sin embargo, la posibilidad había sido mencionada por investigadores de todo el mundo y, de hecho, el país había tenido ya una suerte de “ensayo” con el brote de influenza H1N1 en 2009.

Pese a lo anterior, es evidente que las cadenas de exhibición cinematográfica no incluyeron, o al menos no de manera contundente, en su programa de administración de riesgos, un panorama en el que la asistencia del público bajara considerablemente.

La preocupante crisis que ahora enfrentan tanto Cinemex como Cinépolis, reafirma la importancia de una cultura empresarial enfocada realmente en la gestión de riesgos y en el control de situaciones adversas. 

Es importante recordar que el objetivo de la administración de riesgos es la identificación, la evaluación y el establecimiento de respuestas a los riesgos que afecten a la estabilidad económica (o de cualquier otra índole) de la organización. 

Lo anterior permite tener un margen de acción para proteger los intereses no solo de los accionistas e inversionistas, sino de todos los grupos de interés. En este caso serán los colaboradores cesados los que más resientan la situación.

Panoramas como el actual, en el que el riesgo está en la movilidad, en la concentración en lugares cerrados y en el consumo de alimentos sin la constante higiene de manos, hacen hincapié en la enorme necesidad de profesionalizar la gestión de riesgos de la empresa para, sin necesidad de caer en el fatalismo, prever qué podría salir mal y estar preparados. 

 

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