Durante los meses de la pandemia, los hospitales han presentado una escasez de artículos médicos como cubrebocas, batas, guantes quirúrgicos, entre otros materiales básicos para atender a los pacientes con COVID-19.
Ante ello, empresas de diferentes rubros se han encargado de reenfocar sus giros y concentrar su producción en la elaboración de los artículos médicos que escasean alrededor del mundo, con el fin de otorgarlos gratuitamente a los hospitales.
A la par de ello, vendedores independientes se han encargado de ofrecer insumos a mayoreo y a un precio mucho más alto de lo normal, encontrando así un nuevo sentido de negocio durante la contingencia.
Los proveedores de artículos médicos han estado saturados y con desabasto durante estos meses, por lo que otras personas han decidido hacer este trabajo por su cuenta.
Lo delicado de este asunto es la falta de regulación en esta producción de insumos médicos, dado que cualquiera puede sumarse a la cadena de suministro, lo que deriva en un aumento no solo en la producción de artículos médicos, sino también en vulnerabilidad pues estafas, fraudes y precios están a la orden del día. Este caos además trae consigo una competencia entre países, hospitales, proveedores y vendedores independientes.
Aun con esta nueva iniciativa por parte de las empresas y de los nuevos vendedores independientes, el personal médico en México se ha quedado sin materiales básicos para atender a los contagiados del coronavirus y ha trascendido que en algunas zonas del país se compra material con el propio sueldo de los trabajadores.
Enfermeros y médicos han reclamado la falta de dispensadores de gel, ropa de cama y sobre todo material esencial para atender a pacientes infectados. Durante los últimos días, el personal médico han transmitido desde sus redes sociales personales, la falta de estos materiales y como ha estado afectando en sus hospitales, y piden ayuda de donaciones, ya sea de material o de dinero para poder comprar los insumos médicos.