Durante mucho tiempo se han usado redes sociales, quizá Facebook de manera principal, como plataformas de ventas para diversos productos.
Desde ropa y joyería hasta repostería y servicios de belleza, se ofertan mediante publicaciones en las que las vendedoras se refieren como “preciosas” o “nenis”, a sus posibles clientas. Fue el segundo mote el que, durante los últimos días, generó un debate virtual.
En Twitter, diferentes usuarias publicaron sus ideas respecto al uso de “nenis” como un nombre genérico para las emprendedoras que utilizan esa palabra para iniciar la conversación y concretar la venta:
La usuaria @an_autumn_bird tuiteó: “Millones de mujeres son ‘nenis’ debido a que los hombres son padres ausentes. Sus burlas y apodos que normalizan la violencia económica hacia nosotras son despreciables y no tienen un gramo de gracia. Saludos”.
El panorama
Insulto o no, lo que de verdad no es broma es la importancia del trabajo femenino para la economía mexicana.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), 19% de los emprendedores en México son mujeres, esto se traduce en casi cuatro millones de nuevos negocios con dirección femenina.
El rango de edad que prevalece entre ellas es el de 18 a 34 años, con 49%, mientras que el 41% tiene entre 35 y 54 años. Un 53% de las emprendedoras son solteras y 65% tiene estudios universitarios.
Además, las mujeres representan 40% de la fuerza laboral, 77% del trabajo doméstico no remunerado y 54% de la carga total de trabajo. Toda esta actividad aporta un valor diario de casi 37 mil 300 millones de pesos a la economía nacional.
Pese a lo anterior, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México es miembro, las mujeres reciben sueldos 16% menores que los hombres en los mismos puestos, esa, entre varias otras, son las razones por las que tres de cada cinco empresas pequeñas que inician operaciones están lideradas por mujeres.
Otras motivaciones para los emprendimientos femeninos, según el INEGI, son: por el deseo de tener independencia (29%), por la necesidad de elevar su calidad y nivel de vida (20%), por el gusto por su ramo de interés (20%), para continuar el negocio familiar (18%) y porque perdieron su empleo y decidieron emprender como una alternativa (13%).
Independientemente de ideas individuales respecto al “nenis”, es imprescindible reconocer el valor del aporte económico de las mujeres y abrir espacios en la alta dirección corporativa para la visión femenina que, según la OCDE, solo está en 32% de las compañías.