Mientras que unos dicen que ahora todos se quejan de todo y llaman a los más jóvenes “la generación de cristal”, los aludidos con ese mote señalan cómo las generaciones pasadas dejaron pasar muchas cosas incorrectas sin hacer nada al respecto.
Esta toma de conciencia abarca desde aspectos sociales y anímicos, hasta empresariales y económicos, todos marcados por la ética y la lealtad a las convicciones. En ese sentido, apoyar a una figura pública con posiciones polémicas o consumir productos y servicios de empresas señaladas como problemáticas, se tomaría como una traición a esas creencias. Por lo tanto, no hay ningún tipo de acercamiento. Condonar se toma como ser parte de.
Con este panorama, surgieron posiciones encontradas respecto al retiro de personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades o deportistas, de los empaques de productos preenvasados que tengan uno o más sellos de advertencia de azúcares altas o grasas saturadas.
La polémica, de manera específica, fue por el famoso Osito Bimbo, que desapareció de los productos de la marca pero empezó a aparecer en empaques de otros que pueden asociarse. Por ejemplo:
Dicho personaje ya no está presente en los empaques de pan blanco pero sí en los de servilletas, que han sido la envoltura más usada para los sandwich.
Este nuevo ordenamiento, marcado en una modificación a la NOM51, entrará en vigor hasta el próximo 1 de abril pero con el caso del Osito ya se mostraron las dos posturas que, seguramente, se acrecentarán:
Los denunciantes de esta “era de cristal”, indicaron en redes sociales que las nuevas disposiciones sobre el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, son un “embate del gobierno izquierdista que atenta contra las libertades y los derechos”, y que, por lo tanto, la aparición del personaje en otros productos era un símbolo de resistencia. Mientras que esta generación, le recordaron a los primeros que la marca mencionada ha contribuido durante décadas a la obesidad, particularmente a la de la población infantil mexicana que, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ocupa el primer lugar a nivel mundial.
De acuerdo con la OPS, 33.2 % de los niños de entre 6 y 11 años de edad presentan sobrepeso y obesidad, y en el caso de los adolescentes (12 a 19 años), el 36.3% tiene este problema.
Conociendo estos datos, quizá sea necesario replantear la idea de que esta evasión de la NOM51 es un ejemplo de lucha contra el sistema.