Aunque con poca afluencia, la reapertura de los complejos de Cinépolis en la Ciudad de México y el Estado de México, fue celebrada en redes sociales por sus usuarios que declararon extrañar las palomitas y la experiencia misma de estar en una sala cinematográfica.
Pero, por más que ver nuevamente activas las carteleras sea indicativo de un gradual regreso a la normalidad, no se puede olvidar que se trata de una “nueva normalidad”, en la que comer palomitas no es tan sencillo y en la que durante el 2020 los ingresos en taquilla se contrajeron poco más del 80 por ciento.
Según la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), la recaudación por venta de boletos pasó de 19 mil 50 millones de pesos en 2019 a 3 mil 692 millones de pesos el año pasado.
Por lo anterior es que se explica la decisión de Cinemex de mantener cerrados sus complejos de manera indefinida, mientras que Cinépolis decidió hacer frente a la crisis de otra manera: mediante una intensa campaña en medios tradicionales y redes sociales, en la que se deja claro porqué las salas son espacios seguros.
Con el hashtag #VolvamosAlCine, utilizado desde el año pasado, Cinépolis explica que en cada función se realizan ocho renovaciones de aire, el doble de las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además del aforo reducido, otro de los protocolos es el uso permanente de cubreboca, es decir, se puede retirar mientras se consume algún alimento o bebida pero es necesario colocárselo nuevamente en cuanto se termine de comer o beber.
Estos nuevos protocolos que trastocan algo tan cotidiano y simple como comer palomitas, deben cumplirse cabalmente si se desean mantener abiertas las salas para comenzar a revertir la tendencia económica negativa iniciada en meses anteriores, algo que evidencia el reporte de la Canacine:
En 2019 se vendieron 350 millones de boletos, en 2020 solo 64.5; en 2019 asistieron 283 millones de cinéfilos a las salas del país, en 2020 solo 14 millones; el cine mexicano generó en taquilla durante 2019 mil 767 millones de pesos, en 2020 solo 421 millones; México pasó del cuarto al octavo lugar, a nivel mundial, en boletaje vendido.
Las cifras anteriores permiten ver que el deseo de ir al cine y la emoción por la reapertura de Cinépolis, no son cuestiones banales y mucho menos intrascendentes, se trata de una actividad clave para la estabilidad no solo macroeconómica sino de los bolsillos de decenas de familias cuyo ingreso proviene directamente del funcionamiento de las salas de cine.