Ignacio Escolar
Cuestionarlo Todo
REDACCIÓN | | Edición: 54
Ignacio Escolar

“Para que te lean, cualquiera, pero para que te paguen algo que se puede tener gratis se debe confiar mucho en ti. Con eldiario.es hemos encontrado un modelo de negocio haciendo las cosas bien y con ello demostramos que la integridad sí es redituable”.

Cuestionar todo, hasta lo que uno mismo concluye. Eso se aprende de la charla con Ignacio Escolar, periodista fundador de eldiario.es, sitio especializado en nota dura y de investigación. Fundado en 2012 por un grupo de periodistas osados y apasionados con su profesión, decididos a enfrentar las crisis, las presiones del poder y la falta de credibilidad de la prensa, con el propósito de llevar esperanza a la gente e impactar de forma positiva la realidad que se vivía en ese entonces en España; hoy es un referente de su nación, con gran eco a nivel mundial y con una facturación anual de alrededor de 6 millones de euros.

"Criticar y señalar cuando haya razón y argumentos, siempre con el respeto por la verdad y rigor en la forma de hacerlo. Así es como operamos y como buscamos trascender. Y es además como hemos conformado una comunidad basados en la confianza y la honestidad".

Son los valores sociales los que han convertido a Ignacio y a su equipo —muchos de ellos copropietarios— en voceros de la ciudadanía y en defensores del progreso sostenible de la sociedad. Así, más del 70% de la empresa queda en manos de personas que trabajan diariamente en una redacción y están conscientes del acontecer, lo que garantiza que la línea editorial sea pertinente, independiente y no responda a intereses ocultos.

 

Periodismo Crítico y Justo

 

Mejores Prácticas: ¿Cómo comenzó esta aventura periodística?

Ignacio Escolar: Como un blog, investigando el atentado terrorista en Madrid, en marzo de 2012. Éramos en ese momento un medio con fuente abierta que cuestionaba todo lo que sucedía y que el Estado quería imponer. Esto nos dio un potente salto de audiencia, y con sólo un año en línea, se transformó en un medio de comunicación. Ahí fue cuando me di cuenta que podía montar mi propio medio, tal como lo hizo Arianna Huffington (con el Huffington Post), pero para llegar a eso tuvieron que suceder otras cosas, como el cierre del diario Público (en el que laboraba) que dio la posibilidad de que otros colegas se comprometieran con la idea y apoyaran con el financiamiento (medio millón de euros al año).

 

MP: ¿Cual es la propuesta de valor que tienen como medio?

IE: La credibilidad. El activo más valioso de un medio es la credibilidad, por ello nos manejamos con pies de plomo. Prefiero que se quede fuera de la información un dato duro que sea cierto, pero que no ha sido corroborado, que publicar una mentira por la urgencia del tiempo real.

Nuestra filosofía es hacer periodismo a pesar de todo. El sitio nació durante varias crisis: la industrial, la del euro y la inmobiliaria, con despidos masivos por doquier, era el peor momento, pero eso ayudó. Que fuera considerado el peor momento para emprender nos dio una libertad única, con una visión especial y nos hizo tan rentables, que a los dos meses nos ganamos la confianza de la gente.

El modelo de negocio que creamos nos ha permitido centrarnos en ser periodistas y no responder a otros intereses, algo que se le cuestiona a la prensa tradicional, que suele hacer circo, maroma y teatro para sobrevivir; la clave para nosotros es hacer lo que sea importante para nuestros socios (como llaman a su equipo y lectores), no para el cliente. Así es cómo sobrevivirán los medios del futuro, tenemos la filosofía de que ni los anunciantes más grandes importan tanto como los lectores.

 

MP: ¿Cuál ha sido la mayor dificultad al abrirse camino?

IE: El prejuicio de uno mismo al emprender. Cuando comencé el proyecto pensé que sería más complicado; de haber sabido que sería fácil lo hubiera hecho antes. Le temía a la gestión empresarial, porque soy periodista de formación, y aquí, en eldiario.es, al mismo tiempo soy consejero, delegado y dueño. Y dado que tampoco soy administrador lo que más miedo me daba eran las nóminas, las razones sociales y todas esas cosas. Sabía que si me equivocaba no sólo se trataría de mí, sino también de toda la gente detrás de mí, y que una mala decisión afectaría a todo el equipo. Esa es la parte más difícil, por lo que hemos tenido que trabajar mucho, he perdido pelo y salud, y he ganado canas, pero esto ha valido la pena.

 

MP: ¿Cómo concibes el periodismo?

IE: Creo que los medios de comunicación deben tener independencia, valores e ideología, este último sin tinte peyorativo, sino como la forma de un pensamiento. Deben ser claros con el lector, le deben decir si están más a favor de los derechos de los trabajadores o de la libertad de empresa, del medio ambiente o del crecimiento económico, pues aunque cada uno de estos asuntos son defendibles y válidos, generan posturas y como medio construyen tu ideología. El lector sabrá si conecta o no. Nosotros, por ejemplo, tenemos valores más cercanos al gobierno actual que al anterior, pero eso no lo exenta de que lo cuestionemos y ventilemos cuando haya algo que la ciudadanía necesite saber.

 

MP: ¿Cómo asumir las mejores prácticas desde tu profesión?

IE: Evitando el periodismo de extorsión, pues no usamos la información para chantajear. La clave es que se construyan instituciones neutrales, transparentes y objetivas, cuya manera de funcionar y crecer estén alineadas con sus compromisos editoriales y no por intereses políticos, comerciales o de simpatía hacia los lectores. Intentar agradar a la comunidad de lectores también es un defecto, pues si trabajas en función de lo que pueda gustarle a los que pagan por tu sitio, afecta tu independencia editorial.

Nuestra prioridad es construir una institución, un medio capaz de sobrevivir más allá de mí, una empresa que cuando me muera siga en pie, con la misma visión y filosofía, y para eso necesitamos prepararnos y preparar a la gente que involucramos.

 

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