¿Sabías que existe una encuesta para evaluar el nivel de innovación de cada país?
Cuando yo supe que existe un medio para medir y saber qué nos impide ser innovadores, me generó tanta intriga que inmediatamente investigué cómo podemos aprovechar esta información para fomentar el crecimiento de nuestras empresas.
En el Índice de Innovación Global 2016, la mayoría de los países de América Latina se encuentran entre las posiciones 60 y 70, mientras que México está en el lugar 58. No estamos muy bien calificados, ¿verdad? De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), esto se debe a que las empresas se han enfocado en factores como investigación y desarrollo, o sistemas de protección de la propiedad intelectual por décadas; sin embargo, casi no se ha atendido la mentalidad de los líderes en innovación y colaboración.
Al respecto, la investigación de la WEF encontró tres suposiciones que los líderes necesitan reevaluar en sus estrategias:
Las alianzas son cuestiones de confianza.
‘Internacionalización’ significa vender más en el exterior.
No se puede trabajar con sectores distintos.
Los países que son capaces de desarrollar una industria con alta capacidad de innovación potencian su competitividad y mejoran el nivel de vida de la sociedad. Pero, si en América Latina continuamos desconfiando, indispuestos a expandir el alcance del negocio y sin cooperar con los sectores educativo, empresarial y público, el futuro de nuestra innovación será muy incierto. El reto está en romper esas barreras para crear una cultura colaborativa y de confianza en la empresa. Pero ¿de quién depende ser más competitivo? ¿Cómo podemos romper esos viejos paradigmas? ¿Es posible crecer sin innovar?
Cuando terminé de estudiar el programa de Desarrollo de Habilidades Directivas en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), y después de certificarme como consejera en Gobierno Corporativo, pensé: “o espero a que me busquen para aplicar lo que aprendí, o desarrollo el espacio para aplicarlo y seguir aprendiendo sin un costo alto”. Por eso me dí a la tarea de crear mi propia comunidad, donde la filosofía sería acompañarnos unos a otros.
En diciembre del 2014 desarrollé una metodología que incluyó un proceso de innovación y un método basado en el Modelo de Gestión Empresarial del Instituto Mexicano de Mejores Prácticas Corporativas, A.C. Después recluté compañeros que compartieran mi inquietud de perfilarse como consejeros, pero comenzando desde nosotros mismos, como los consejeros de nuestras propias organizaciones. Así nació la Comunidad de Consejeros, y nuestra siguiente etapa es apoyar a otros micro, pequeños y medianos empresarios que viven situaciones similares: pasan por momentos decisivos y no saben a quién acudir. Se sienten solos.
¿Por qué te comparto este ejemplo? Porque quiero demostrarte que sí puedes crear opciones estratégicas si adoptas un nuevo código mental, rompiendo paradigmas y confiando en tus colaboradores.
Hoy en día, es común escuchar “innova aquí”, “innova allá”. “innova, innova”; pero ¿qué significa? Innovar es la acción de modificar. La innovación toma lo que existe y lo reconstruye, lo reorganiza o lo modifica, agregándole algo nuevo. Así, puede implementarse en un modelo de negocio, en un producto o servicio, en un método de producción o hasta en la cultura organizacional.
Por otro lado, The Boston Consulting Group ha extendido el concepto de innovación a los siguientes componentes empresariales: estructura empresarial, cadena de valor, servicios y experiencia del cliente. Asimismo, también considera que casi todas las introducciones realizadas en cualquier ámbito de la compañía son innovaciones en sí mismas.
Para desarrollar un ecosistema innovador, primero necesitas considerar ciertos factores:
Asignar un presupuesto para desarrolar la cultura de innovación.
Capacitar al personal y fomentar su participación en el proceso.
Conformar un espacio en su día a día para que desarrollen sus propias propuestas de mejora.
Si eres de aquellos líderes que disfrutan autoinstruirse, te recomiendo leer El ADN del innovador o El Kamasutra de la innovación para que empieces a desarrollar tu ecosistema.
Antes de implementar un modelo de innovación, divide tu plan en etapas y selecciona a los colaboradores que involucrarás en cada paso del modelo. Al concluir este proceso, puedes empezar con la cultura: crea proyectos para tu personal y motiva su participación con recompensas en especie. Este es un ganar-ganar, pues tu capital humano desarrollará pensamiento crítico, habilidades de observación, creatividad y asociación de ideas, y también mejorarán la coordinación de sus actividades con el resto del negocio. Todas estas serán herramientas indispensables al momento de innovar.
Aquí te comparto un método practico por donde podrías comenzar tu modelo:
Crea un comité de innovación que no exceda cuatro personas. Debe ser un equipo multidisciplinario, que tenga liderazgo ante la gente.
Define las áreas, procesos o servicios que te interesa desarrollar.
Lanza la convocatoria de innovación.
Conforma equipos y capacítalos con una metodología de innovación como “las 4 etapas de la brújula de la innovación”.
Define fechas de entrega para los proyectos y periodos de evaluación para el comité.
Otorga premios y reconocimientos a los participantes.
Selecciona los proyectos a implementar, iniciando con una prueba piloto para determinar su efectividad.
Evalúa el resultado y detecta las áreas de oportunidad antes de implementar la propuesta de manera global.
Innovar es una cuestión de colaboración y confianza, pero también de aprendizaje. Por esto te recomiendo que busques a una persona (puede ser interna o externa) que tenga los conocimientos necesarios para ayudarte a desarrollar e implementar un ecosistema de innovación en tu negocio. Otro actor importante es el consejero; asegúrate de que esta figura cuente con el perfil adecuado para que te permita analizar las oportunidades y tomar las mejores decisiones, con un riesgo controlado.
Finalmente, solo me queda decirte que te atrevas a jugar. Esa es la única forma de aprender, ya que necesitarás muchas tolerancia al riesgo para ser parte del mundo de la innovación.