Familias institucionales
Organización: esa es la clave detrás de una empresa familiar que perdura.
Manis Agnesi, accionista y presidenta del Consejo de Administración de LOB |
Familias institucionales

 

En México, 95 % de las empresas son familiares, y solo 12 % tienen una estructura de Gobierno Corporativo o son negocios institucionales. Además, las estadísticas nacionales muestran que 70 % de los negocios fracasan y 45 % de las pequeñas y medianas empresas (pymes) cierran sus puertas en el primer año. Estas cifras implican grandes pérdidas de recursos económicos y fuentes de trabajo; además, merman la motivación familiar por lograr una forma de vida digna y un futuro prometedor.

Otro dato importante es que, de cada 10 empresas familiares mexicanas, solo tres lograrán llegar a la segunda generación; y de ellas sólo una pasará la estafeta a la tercera generación. En la mayoría de los casos, el factor principal de fracaso está más relacionado con la gestión que con la viabilidad financiera.

Para sobrevivir, una empresa requiere una buena estructura organizacional, personal de confianza y un producto de calidad y con suficiente margen de utilidad. Lo ideal para estos negocios sería que se apoyaran en asesores de finanzas, mercadotecnia, procesos, etcétera, que les ayuden a establecer indicadores para medir los avances en sus objetivos. Por su parte, si desea que su empresa prevalezca, el fundador deberá tener siempre presente la necesidad de programar su sucesión, sin importar la edad que tenga.

Para encontrar al sucesor ideal es importante definir el perfil. Si se piensa en el hijo o algún otro familiar, este deberá cumplir los requisitos para ocupar el puesto; de lo contrario será mejor buscar un director externo profesional. Si hay etapa de transición, el fundador deberá acompañar al sucesor, asesorarlo durante algún tiempo, y después podrá retirarse a la presidencia del Consejo de Administración —si es que ya lo conformó—. Desde ahí, puede seguir brindando su apoyo a la empresa sin interferir en la gestión del nuevo liderazgo.

Para institucionalizar a la empresa, es imperativo contar con un director y un Consejo de Administración. La estructura organizacional de la empresa también requerirá de un Código de Ética, Políticas y Procedimientos. Además, es muy recomendable que la compañía tenga un enfoque de responsabilidad social.

Estas son algunas recomendaciones para que las empresas comiencen a institucionalizarse:

 

1. Proceso de sucesión. El fundador deberá tenerlo muy claro y planearlo con suficiente anticipación para preparar e incorporar paulatinamente a la familia en los diferentes puestos que ocuparán, de acuerdo con sus capacidades y aspiraciones profesionales. Asimismo, cuidará que no existan luchas de poder y que cada miembro sea respetuoso y se ubique según su rol en la empresa. Si el fundador no programa la sucesión, la familia probablemente deberá afrontar situaciones para las que no está preparada.

 

2. Consejo de Administración. Es un ente formado por personas internas y externas. Su misión es lograr que la empresa crezca, sea más competitiva, prevalezca y sea transparente en el manejo de sus activos.

 

3. Consejo Familiar. Sus integrantes trabajan para generar acuerdos familiares que fortalezcan la estructura de la empresa.

 

4. Gobierno Corporativo. Este dará certidumbre a los socios, ya que cuida que las acciones conduzcan al logro de los objetivos de la empresa

 

“Ninguna empresa puede tener éxito sin estar debidamente organizada”, dijo acertadamente el empresario estadounidense James Cash Penney. Si una empresa no se institucionaliza, difícilmente llegará a la tercera generación. Y según los especialistas, la institucionalización también sirve para las pequeñas organizaciones.

 

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