Los analistas estiman que para 2040 la industria espacial mundial aumentará de unos 400 mil a más de mil millones de dólares. De acuerdo con Wilbur Ross, Secretario de Comercio de Estados Unidos, en una conferencia ofrecida en diciembre pasado, este es el momento ideal para que el sector privado impulse el crecimiento anhelado. Para ello se debe desregular la industria y facilitar el proceso para que emprendedores participen y atraigan empresas de capital de riesgo, fondos de riqueza soberana e incluso pensiones convencionales.
Esto representa que se rompan varias reglas. Aunque están aquellas que serían difíciles de ignorar, como la establecida por el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre (1967), referente a la imposibilidad de poseer un pedazo de galaxia como extensión de un país. Por lo tanto, los logros de la iniciativa privada no serán propios de sus inversionistas ni de sus naciones, sino que se someterá a discusión la supervisión oficial de determinados avances.
ESCENARIOS PARA EL FIN DEL MUNDO
MINERIA ESPACIAL
Dado que la Luna tiene gran cantidad de He-3, un isótopo de Helio que podría utilizarse como combustible en futuras plantas generadoras de energía eléctrica, la estación lunar estaría por consolidarse. Empresas como Planetary Resources han desarrollado tecnologías para la minería de asteroides, a la par que se explota el mercado para pequeños telescopios espaciales, cuya inversión asciende a 13 mil MDD.
INNOVACIÓN GALÁCTICA
La Estación Espacial Internacional juega un papel crucial en materia de innovación espacial. La posibilidad de desarrollar ideas de instituciones científicas, o empresas públicas y privadas, perfeccionaría prácticas lejos de intereses políticos. Made in Space, por ejemplo, ha presentado la primera impresora 3D que opera en condiciones de ingravidez para fabricar satélites en el interior de cohetes situados ya en el espacio. Esto ahorraría muchos recursos y optimizaría tiempos de exploración.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
A través The Space Frontier Foundation, organización privada sin ánimo de lucro, se busca proteger la biosfera de la Tierra ante el inminente negocio que repuntará en los próximos años a miles de kilómetros del suelo. También es de su dominio el aprovechamiento de los recursos energéticos y materiales ilimitados que se pueden encontrar en el espacio.