Mucho se ha hablado desde hace años sobre la relevancia de la fuerza laboral de los inmigrantes en Estados Unidos. Una de las discusiones más acaloradas es la que se hace en torno al pago de impuestos, ya que los ciudadanos estadounidenses están obligados a pagar más impuestos que los inmigrantes debido al estado de informalidad laboral de estos últimos. Sin embargo, la importancia de los trabajadores inmigrantes ha sido develada en las estadísticas anuales del Departamento del Trabajo de Estados Unidos.
En dichos documentos, es apreciable que la fuerza laboral total en Estados Unidos es de 160.4 millones de personas y que los trabajadores no nacidos en ese país representan el 17.4% de esa cantidad, algo así como 28.2 millones de personas. De ellos, los hispanos representan cerca de la mitad de los trabajadores no nacidos en ese país, mientras que los asiáticos una cuarta parte.
La tasa nacional media de desempleo durante el 2018 fue de 3.8%. Sin embargo, entre los inmigrantes fue de 3.5, incluso menor que el año anterior, que fue de 4.1%. Un dato aún más revelador fue el presentado en relación a la fuerza laboral masculina de los inmigrantes que alcanzó un 77.9%, mientras que en el caso de los ciudadanos americanos masculinos es del 67.3%.
A pesar de los grandes aportes a la economía de ese país, la mayoría de los inmigrantes tienen trabajos con remuneraciones mucho más bajas que las obtenidas por los ciudadanos estadounidenses. Según el mismo reporte entregado por la institución norteamericana, durante el 2018 los trabajadores inmigrantes obtuvieron ingresos en promedio de 74 mil dólares, mientras que los ciudadanos 91 mil. Esto refleja que a pesar de su arduo trabajo y su participación activa en la economía estadounidense, los trabajadores inmigrantes siguen relegados en el sistema de salarios, condiciones de empleo y prestaciones laborales.
A pesar de la rigidez de la actual administración estadounidense, la migración hacia ese país no ha disminuido y parece que no lo hará. Existe, sin embargo, el interés del gobierno estadounidense por atraer migrantes calificados, es decir, con educación superior. Este escenario puede replantear la realidad de los inmigrantes en Estados Unidos, aunque seguirá siendo necesario su reconocimiento al aporte de la economía del país, sobre todo porque el 50% de ellos son latinos, una minoría racial que, según las Oficinas del Censo en Estados Unidos, representará la tercera parte de su población para el 2050.